La red de testaferros de Toviggino se expande: la Justicia argentina suma nuevos sospechosos
La investigación judicial sobre el patrimonio del tesorero de la AFA, Pablo Toviggino, toma dimensiones cada vez más amplias. La Justicia argentina incorporó nueva documentación que revela un entramado de presuntos testaferros más complejo de lo inicialmente estimado, centrando su atención en Real Central SRL, la empresa que aparece como propietaria formal de una lujosa mansión en Pilar.
Un círculo familiar bajo la lupa
Los investigadores ya no consideran que solo Luciano Pantano y Lucía Conte actuaron como testaferros del dirigente deportivo. Ahora Diego Fabián Pantano, hermano de Luciano, también está en el centro de la investigación por su presunta participación en la estructura patrimonial.
El foco principal permanece en la mansión del country Ayres Plaza, en Pilar, cuya titularidad presenta movimientos sospechosos. Según la documentación judicial, la propiedad inicialmente figuraba a nombre de Luciano Nicolás Pantano como "propietario/residente" desde diciembre de 2021, pero posteriormente fue transferida a Diego Fabián Pantano en enero de 2023.
Conexiones que se multiplican
Este corrimiento formal de la titularidad despertó las sospechas de los investigadores, quienes analizan si se trata de una maniobra para ocultar la verdadera propiedad del inmueble. Diego Pantano deberá ahora demostrar el origen de los fondos utilizados para adquirir esta costosa propiedad.
Un elemento adicional que refuerza las sospechas es la aparición de la hija de Pablo Toviggino en los registros como propietaria o residente de la misma vivienda, estableciendo una conexión directa entre ambas familias.
Los registros de invitados a la mansión también revelan vínculos estrechos: Máximo Toviggino, hijo del dirigente, y Norberto José Pantano, otro hermano de los presuntos testaferros, aparecen como visitantes habituales del domicilio.
Medidas judiciales exhaustivas
El juez Marcelo Aguinsky, del Juzgado Penal Económico N°10, intensificó la investigación ordenando una batería de medidas para reconstruir el circuito económico detrás de los bienes investigados. Entre ellas, solicitó información sobre pólizas de seguro, cédulas azules, uso de Telepase y medios de pago asociados a los vehículos de lujo.
La investigación también abarca servicios básicos como internet, telefonía celular y el cerco eléctrico de la mansión, además de los movimientos de las tarjetas SUBE de los presuntos testaferros. Pantano y Conte tienen cinco días para explicar cómo adquirieron la mansión con helipuerto y la colección de autos de alta gama.
Este caso ilustra la complejidad de las estructuras patrimoniales utilizadas para ocultar el verdadero origen de bienes de alto valor, un fenómeno que trasciende las fronteras argentinas y plantea interrogantes sobre la transparencia en el manejo de recursos en organizaciones deportivas de la región.