Francia frena golpe en Benín mientras Rusia pierde terreno en África Occidental
El intento de golpe de Estado en Benín del domingo pasado reveló una vez más la intensa batalla geopolítica que libran Francia y Rusia por el control de África Occidental. Sin embargo, esta vez París logró una victoria estratégica que podría marcar un punto de inflexión en la región.
Los hechos comenzaron en la madrugada del domingo en Cotonú, cuando se escucharon disparos y un grupo de militares irrumpió en la televisión estatal para anunciar la destitución del presidente Patrice Talon. El teniente coronel Pascal Tigri, líder de los sublevados, declaró estar ejecutando una "operación" para "liberar al pueblo beninés de la dictadura de Patrice Talon", advirtiendo específicamente que Francia no debía intervenir.
La respuesta regional marca un precedente
Lo que diferencia este caso de los once golpes exitosos registrados en África en los últimos cinco años es la respuesta coordinada e inmediata. Nigeria bombardeó posiciones rebeldes en la frontera, mientras que la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) desplegó por primera vez su "Standby Force", compuesta por tropas de Nigeria, Sierra Leona, Costa de Marfil y Ghana.
Esta fuerza conjunta, creada en 2023 tras el golpe en Níger pero nunca utilizada hasta ahora, demostró que los países de la región están dispuestos a defender activamente los gobiernos democráticos frente a las intentonas militares.
El patrón ruso se quiebra
En los últimos años, Mali, Níger, Burkina Faso, Sudán y Chad han seguido un patrón similar: golpe militar, ruptura con Francia y acercamiento a Rusia. Las cuentas prorrrusas en redes sociales celebraron inicialmente el golpe beninés como "una nueva derrota francesa", pero la rápida respuesta regional frustró estos planes.
El fracaso del golpe envía una señal clara: la influencia rusa en África Occidental, aunque significativa, no es inevitable. La coordinación entre países africanos y el apoyo internacional pueden detener esta expansión.
Crisis interna alimenta la inestabilidad
Sin embargo, el intento de golpe no surge de la nada. Benín enfrenta una grave crisis política y de seguridad que explica parcialmente la tentativa militar. Patrice Talon, presidente desde 2016, ha sido acusado de socavar el sistema democrático, especialmente tras las elecciones legislativas de 2019 donde ningún partido opositor pudo participar.
Además, grupos terroristas vinculados a Al Qaeda y el Estado Islámico han penetrado desde el norte, llegando desde Níger y Burkina Faso. En abril, más de 50 soldados benineses murieron en una emboscada del JNIM, el mayor ataque terrorista en la historia del país.
Lecciones para la región
El caso beninés demuestra que la estabilidad democrática en África Occidental requiere tanto reformas internas como cooperación regional. Los gobiernos deben abordar las crisis políticas y de seguridad que alimentan los golpes, mientras que las organizaciones regionales deben mantener su compromiso con la defensa de la democracia.
La victoria de Francia y la CEDEAO en Benín no resuelve los problemas estructurales de la región, pero sí marca un precedente importante: los golpes de Estado pueden ser detenidos cuando existe voluntad política y coordinación regional. En la batalla geopolítica por África, esta ronda la ganó el bando democrático.