La inseguridad mexicana alcanza nuevos niveles: tres muertos en ataques simultáneos en Nuevo León
Dos episodios de violencia extrema sacudieron el estado de Nuevo León en las últimas horas, dejando un saldo de tres personas fallecidas y múltiples heridos, en lo que representa una nueva muestra del deterioro de la seguridad pública que atraviesa México.
Ataque masivo durante reunión familiar
El primer incidente ocurrió en las primeras horas del viernes en Montemorelos, cuando un grupo armado atacó sorpresivamente a varias personas que se encontraban en una reunión social alrededor de una fogata. El ataque, ejecutado sin previo aviso cerca de las 05:30 horas, dejó dos muertos y tres heridos graves.
Las víctimas fatales fueron identificadas como José Antonio Pequeño García, de 31 años, conocido como "Pepe", quien murió en el lugar, y Alejandra Iturralde Lerma, de 37 años, quien falleció horas después en el hospital tras sufrir un paro cardiorrespiratorio.
Según testimonios de vecinos del Barrio Mendívil y la Ladrillera, se escucharon al menos dos ráfagas continuas de disparos antes de que los atacantes huyeran del lugar. Los tres heridos restantes permanecen hospitalizados con pronóstico reservado.
Ejecución en domicilio particular
En un episodio separado pero igualmente violento, Mario Alberto Torres Reséndiz, de 23 años, fue encontrado muerto en su vivienda de la colonia Talleres de Monterrey. El joven presentaba un impacto de bala en la mandíbula, y la escena del crimen evidenciaba un ataque "extremadamente violento", según fuentes policiales.
Los investigadores encontraron dos casquillos percutidos y múltiples manchas hemáticas, lo que sugiere que el ataque ocurrió directamente en la vivienda. Las autoridades manejan la hipótesis de que el crimen podría estar relacionado con el narcotráfico.
Operativo de seguridad sin resultados
La respuesta de las autoridades incluyó la movilización de la Policía Municipal, la Agencia Estatal de Investigaciones y elementos especializados en homicidios. Sin embargo, los responsables de ambos ataques lograron escapar, evidenciando las limitaciones del aparato de seguridad local.
Este escalamiento de la violencia en Nuevo León refleja una problemática que se extiende por todo México, donde la incapacidad estatal para garantizar la seguridad ciudadana se ha convertido en una constante que afecta la vida cotidiana y el desarrollo económico de las comunidades.
Las investigaciones continúan, pero la impunidad que caracteriza estos casos genera pocas expectativas de que los responsables sean llevados ante la justicia.